sábado, 24 de octubre de 2020

"KINTSUGI" CRIOLLO

Kintsugi o Kintsujuroi (en japonéscarpintería de oro o reparación de oro) es una técnica... que implica una hermosa filosofía. La "técnica" consiste en arreglar fracturas de piezas de cerámica con barniz de resina  espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. La filosofía implícita es que las roturas y las reparaciones forman parte de la historia de un objeto. Y pueden llegar a embellecerlo, sin ocultar esas reparaciones. 

¿Podremos hacer algo así con nuestro país? Para volver a armarlo, después de reunir las piezas que todavía queden (y sí, esencialmente creo que la mayoría están ahí, por mucho que hayan destrozado la infraestructura), el "barniz de oro" que necesitaremos será, debería ser, la experiencia adquirida con nuestros errores. En nuestro propio terruño unos, sobreviviendo este desastre. Y en el extranjero otros (sin duda alguna, para algunos tampoco ha sido fácil). Acumulando experiencias, otras formas de hacer las cosas y encarar la vida.

miércoles, 22 de julio de 2020

viernes, 26 de junio de 2020

¿Es posible construir el siglo XXI con herramientas del XIX?



Nunca hemos tenido más recursos que ahora. Nunca.
La capacidad de generación de energía (atómica, fisión, fusión, geotérmina, solar, eólica), la productividad agrícola, capaz de ofrecernos una enorme cantidad de alimentos de una calidad jamás antes vista, la tecnología fabril (capaz de producir casi cualquier cosa con casi ningún obrero), la medicina y la biotecnología, capaces de garantizar nuestra salud y longevidad a unos niveles que la humanidad, hasta ahora, no supo ni siquiera soñar. La IA e Internet nos ofrecen, ya, hoy, un flujo de información que, en principio, podría poner fin a la ignorancia secular de la mayoría.
Claro, al mismo tiempo, no debemos ni podemos olvidar que hay problemas como el de los plásticos, el ozono, la contaminación. Pero todos ellos parecen ser solventables. El calentamiento global y la consecuente subida del nivel de las aguas son problemas "algo mayores". También está amenazada la supervivencia de muchas especies, incluso parecen estar desapareciendo los insectos, pero el planeta, con la ayuda de la ciencia, probablemente será capaz de sobrevivir incluso a todos esos desastres. Si solucionamos uno que otro asuntillo antes.
El gran problema, el verdadero problema es otro. El verdadero problema es que pretendemos construir un mundo completamente nuevo… con herramientas conceptuales del siglo XIX.
La supuesta "derecha" habla, con toda justicia, sobre la productividad del sistema capitalista y sobre el hecho de que las democracias liberales han generado las sociedades más prósperas e incluso justas de la historia. Pero olvidan que ese sistema… está en vía de desaparecer. Porque está basado en el crecimiento constante de la fuerza laboral y de la base impositiva. Todo el sistema está estructurado sobre una inmensa mayoría de asalariados y algunos profesionales independientes (algunos bien pagados, otros menos) que, virtualmente, va a desaparecer. Las corporaciones y un pequeño puñado de billonarios están viviendo un fugaz momento de gloria, pero su existencia también exige la de una mayoría económicamente productiva. Los seguros de "desempleo" y las pensiones están fundamentados en la existencia de una siempre creciente masa laboral joven y productiva… que va a desaparecer.
Nuestra supuesta derecha agita el temor (quizas fundado) del resurgimiento de izquierdas radicales trasnochadas que se limitarán a aumentar los impuestos y estatizar empresas altamente productivas, sin proponer absolutamente nada en términos de "generación de recursos". Y hablan con mucho temor sobre el "Nuevo Orden Mundial" (que nadie ha explicado con que se come eso). Y del "globalismo". Como si la fórmula del "Estado-Nación" haya demostrado ser la única válida, sobre todo con el mundo que se nos echa encima como una avalancha.
Y esta mismo derecha, basándose en razones religiosas y en la antes mencionada "necesidad de crecer", se niega a reconocer que la población no puede crecer sin límite. El planeta no lo resiste.
La supuesta "izquierda", por otro lado, habla, sigue hablando y hablando sobre la "desigualdad" como el gran problema a solucionar. Una desigualdad que, pese a la disminución de la pobreza en términos absolutos, sigue siendo brutal, sobre todo con la aparición de los antes mencionados billonarios. Y hablan de la necesidad de un "Ingreso mínimo vital". Que, "de momento", puede ser financiado a punta de impuestos a los que todavía producen… pero nadie explica, nadie, quién va a pagar el salario mínimo vital cuando los desempleados sean el 90 por ciento del planeta. Y resucitan banderas como las del racismo y la igualdad de géneros que, sin negar de ninguna forma su importancia, ya no son la principal amenaza para nuestro planeta y nuestra civilización.
Los discursos religiosos de todo cuño y los nacionalistas ninguno, ninguno, aborda el problema que se avecina.
Alguien, tú pónle el signo que quieras, debe pensar como manejar un planeta con todos los recursos y la capacidad tecnológica para mantener sanos, alimentar y ofrecer educación y diversión a una población que, eso sí, no puede seguir creciendo. Pero, ¿quién pagará por todos esos bienes si nadie o casi nadie está "produciendo"? ¿Quién y cómo gestionará la producción y distribución de todos estos recursos disponibles? ¿Una suerte de "capitalismo de Estado"? Yo no soy un economista para solucionar este problema  pero, así como pasamos del "trueque" a una economía basada en la "moneda", ahora debemos inventar algo nuevo. Ni la derecha ni la izquierda nos dicen como abordar esta transición. Ni puta idea..


martes, 28 de enero de 2020

¿Aristocracia Socialista?

¿Aristocracia Socialista?

¿Y por qué no?
"Aristos-cracia". Eso significa, ni más ni menos, el gobierno de los mejores. Significaría, debería significar, que sólo accediesen al gobierno los hombres mejor preparados para ello, con estudios especializados en el tema que deban manejar, con excelentes calificaciones y/o desempeño. Los mejores en su campo.
Lo de "socialista", por otro lado, debería decirnos, señalarnos, "para quién" han de gobernar los que gobiernan. Para la sociedad. Para toda ella. El gobierno debe procurar que todo el país tenga alimentación, vivienda, educación, sanidad y trabajo.
Pero tanto la "Aristocracia" como el "Socialismo" se han desprestigiado mucho. Quizás irreversiblemente. Por distintas razones y en diferentes "círculos".
La aristocracia, por tres razones fundamentales.
La primera es que nunca hubo tal. Lo que existió fue una "Monarquía", rodeada de una corte de supuestos aristócratas.
La segunda es que el criterio utilizado en aquella época para seleccionar a los mejores, era absurdo. Se basaba, primordialmente, en su capacidad de complacer al Monarca. Los que habían matado más de sus adversarios. Y, eventualmente, el que le ofrecía una hermoso castillo. O el que le limpiaba el trasero (literalmente).
La tercera, probablemente la más importante, es que "alguien" (los aristócratas del momento, supongo), decidió que esa aristocracia debería ser hereditaria. Una idea idiota donde las haya.
El "Socialismo", con poderosos argumentos éticos a su favor, también se ha desprestigiado. Probablemente tanto como la "Aristocracia", aunque por distintas razones.
La 1era y fundamental es que lo han hecho terriblemente mal. Tienen un historial lleno de fracasos.
La 2da, también documentada en su historial, es que han abusado del recurso a la fuerza para imponer su sistema.
Y la 3ra... la más importante, la que explica las primeras dos, es que nunca entendieron el concepto "igualdad". En la declaración Universal de Derechos Humanos, por ejemplo, nos dicen que todos tienen acceso a los estudios superiores... "en función de los méritos respectivos" (sic). Es decir: ¡No todos serán neurocirujanos ni ingenieros nucleares porque tengan "derecho" a ello"! Por eso mismo, los conductores de metro, los carpinteros y los carniceros, oficios todos tremendamente respetables, no deberían ser ministros de Economía. Y muchos menos presidentes.
El igualitarismo es el pecado original de los socialismos.
Si aceptamos los objetivos del socialismo: garantizar el acceso universal a la vivienda, a la alimentación, la educación, la sanidad y el trabajo, pero encargamos esa tarea, el cumplimiento cabal de esos objetivos, a los ciudadanos mejor capacitados para ello... podemos lograrlo.

viernes, 3 de enero de 2020

Los robots votan socialista.



Como señalé en un artículo anterior, Marx y Engels estaban convencidos de que el socialismo solo podría surgir en una sociedad altamente industrializada. Lenin, Mao, Castro, Chávez intentaron demostrar lo contrario, pero solo lograron establecer “dictaduras”. Muy teóricamente proletarias, pero nada que ver con el “comunismo” marxista.

De momento, en los países más desarrollados de Europa, existe una “especie” de socialismo. En los países escandinavos.

Y ahora parece que la “superindustrialización”, me refiero concretamente a la alto niveles de robotización, acabarán, casi del todo, con el proletariado industrial. E incluso con todo o la mayor parte del campesinado. No habrá necesidad de “mano de obra”. Y esas circunstancias… que alguien me diga quién y cómo va a ofrecer alimentación, vivienda, educación, sanidad, transporte e incluso acceso a coches (eléctrico y autónomos, claro), televisores, aires acondicionados, robots domésticos,

La informática y la robotización empujan a la sociedad hacia el socialismo.